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Además en casi todos los restaurantes de la Avenue Camille Pelletan cocinan mejillones de mil maneras (con ajo y perejil, a la marinera, al banyuls, con alioli, a la catalana, con jengibre…). Es muy típico el plato de mejillones con patatas fritas y también las anchoas que son preparadas artesanalmente en la fábrica situada en el mismo pueblo. Allí también puedes comer ostras (huitres) y, cómo no, patés y crepes. Y no te puedes perder la copita de banyuls, un licor de gran riqueza aromática y dulzor parecido al moscatel.
Y después, qué mejor que perderse por las calles de Le Moré, el antiguo barrio de pescadores, un laberinto de callejuelas pintorescas. Salpicado de pequeñas tiendecitas y restaurantes, galerías de arte y alguna bodega para degustar los vinos de la zona.
Escapada a Colliure
Finales de septiembre o principios de octubre, una época
perfecta para escaparse a Colliure.
Colliure es un pueblecito del sur de
Francia, a tan solo 196 km de Barcelona (solo 2 hora de coche) que mantiene el
cuidado, los detalles y la cocina franceses y además el frescor de lo
mediterráneo.
Colliure fue fuente de inspiración de grandes artistas,
entre ellos Picasso, Matisse, Deray o Chagall. Por eso su pequeño museo de arte
moderno y las muchas galerías de arte que hay en este pueblecito francés hacen
que Colliure siga siendo “la ciudad de los pintores”. Además éste es el lugar
que vio morir a Antonio Machado y aquí es donde está su tumba.
El domingo es un día perfecto para degustar sus sabrosas ostras que venden en el mercado semanal (un mercado ambulante que también se instala los miércoles). Las puedes comprar en alguna de sus paradas y llevártelas a uno de los bares cercanos donde las podrás acompañar de una copita de vino blanco. Mmmm….me encanta!
El domingo es un día perfecto para degustar sus sabrosas ostras que venden en el mercado semanal (un mercado ambulante que también se instala los miércoles). Las puedes comprar en alguna de sus paradas y llevártelas a uno de los bares cercanos donde las podrás acompañar de una copita de vino blanco. Mmmm….me encanta!
Además en casi todos los restaurantes de la Avenue Camille Pelletan cocinan mejillones de mil maneras (con ajo y perejil, a la marinera, al banyuls, con alioli, a la catalana, con jengibre…). Es muy típico el plato de mejillones con patatas fritas y también las anchoas que son preparadas artesanalmente en la fábrica situada en el mismo pueblo. Allí también puedes comer ostras (huitres) y, cómo no, patés y crepes. Y no te puedes perder la copita de banyuls, un licor de gran riqueza aromática y dulzor parecido al moscatel.
Un buen lugar para tomar un café, por la tarde, aprovechando
los últimos rayos de sol del día, es en alguna de las terrazas del Boulevard de
Boramar, con unas magníficas vistas al mar Mediterráneo, a la torre de la
Iglesia Notre-Dame des Anges y al fuerte Château Royal.
Vista de la torre de la Iglesia desde el Boulevard Boramar |
Vista del Chateau Royal |
Y después, qué mejor que perderse por las calles de Le Moré, el antiguo barrio de pescadores, un laberinto de callejuelas pintorescas. Salpicado de pequeñas tiendecitas y restaurantes, galerías de arte y alguna bodega para degustar los vinos de la zona.
Un artesano en su taller de Le Moré |
Bodega situada en una calle de Le Moré |
Hotel La Bona Casa |
En Colliure hay varios hotelitos, la Bona Casa es uno de
ellos, situado en la avenida de la República. Las habitaciones, aunque pequeñitas,
son muy confortables y están decoradas con sencillez, pero con gusto, con ese
toque francés que se percibe en todo el pueblo.
Recepción del hotel al Bona Casa. Completo! |
Colliure es un lugar que me trae muy buenos recuerdos y desde que lo descubrí, ahora hace ocho años, es uno de los lugares a los que me gusta escapar al menos una vez al año, aprovechando los últimos días cálidos que nos deja el verano, antes de pasar al invierno. Allí me encanta saborear unas ostras con una copita de vino blanco ;)
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