Monsaengdao,

De como la vida da un giro en unas horas

Creemos que tenemos todo bajo control, que el mundo está a nuestros pies y que controlamos cada paso de nuestra vida. Pero, de repente, pasa algo que nos recuerda que eso no es así, algo que cambia el rumbo de nuestras vidas y que nos hace ver que tenemos que adaptarnos. Algo que nos obliga a cambiar nuestros planes, a posponer nuestros proyectos, a redirigir nuestras ilusiones y a remodelar nuestros sueños. Esto es lo que han sido las inundaciones recientes en Kanglaung, el pueblo de Mei, y en toda la zona norte de Tailandia. 


Mei y yo llevábamos meses preparando nuestro proyecto, una idea que surgió el pasado mes de marzo de las charlas durante nuestros paseos por el bosque, de las sobremesas, de las mañanas mientras cocinábamos juntas... El relax de las vacaciones y el hecho de disponer de un poco de tiempo para documentarme y, sobre todo,  para dejar volar la imaginación me había ayudado a darle forma a la idea que ya tenía un título: "Una plantación de café integrada en una pequeña casa de huéspedes de estilo Lahu para empoderar a la pequeña comunidad de Kanglaung a través de la atracción de turismo responsable". Una idea de Mei que hemos ido modelando en las conversaciones que han continuado durante los meses posteriores a mi viaje.


El propósito ayudar a empoderar a la comunidad de Kanglaung, para contribuir a su desarrollo sostenible y a preservar la cultura Lahu y mejorar así la vida de las personas que viven aquí, en conexión con la naturaleza. Y, sobretodo, para conseguir que los jóvenes de Kanglaung valoren su cultura y tengan opciones de quedarse en su comunidad. Se trata de un proyecto que persigue un sueño, el sueño de Mei y ahora también el mío:

“Kanglaung será un pueblo reconocido por la calidad de su café y por haber conseguido mantener a los jóvenes comprometidos con la tradición Lahu”

Hasta hace poco, yo iba con el borrador del proyecto a todas partes, y así aprovechaba cualquier momento libre para acabar de darle forma. Esto ha sido así hasta hace a penas 10 días. Lo tenía casi listo y le envié un mensaje a Mei diciéndole que ese fin de semana lo tendría a punto para comentarlo con ella, despejar algunas dudas y acabarlo de cerrar juntas. Después de varios días sin respuesta, recibí solo un corto mensaje de Mei: "no internet no road", "Please read the news in Chiangrai" (sin internet sin carreteras, por favor lee las noticias de Chiang Rai). Y, efectivamente, las noticias de Bangkok Post me pusieron los pelos de punta, me hicieron ver la dimensión del desastre causado por el tifón que estaba pasando por  el sudeste asiático y, en concreto, por la provincia de Chiang Rai. La situación era muy crítica.

Alrededores de Kanglaung, septiembre 2024

Inundaciones, cortes de luz, casas desaparecidas. Me parecía increíble, los lugares tan entrañables recorridos hace a penas 6 meses habían desaparecido. Una casa preciosa al lado del río Kok por delante de la que pasábamos todos los días, con unas bonitas buganvillas que nos alegraban la mañana, con una tarima de bambú y techo de paja  para descansar y protegernos del sol. Y ahora son solo escombros,  porque se la ha llevado por delante la fuerza del agua. 

Los puentes que unen ambos lados del río se han caído. El puente colgante de madera ya no existe. El que permite que los niños de Kanglaung puedan ir a la escuela que está al otro lado del río Kok, el que recorríamos Martí y yo cada mañana para reunirnos con Mei, ya no existe. Ese puente que se había convertido en un símbolo para mi de la conexión entre dos mundos. 

El puente colgante de madera que atraviesa el río Kok a 2km de Kanglaung, antes de la tragedia

En el puente colgante, durante nuestra primera visita a la familia de Mei. Agosto 2018

Puente colgante. Agosto 2018
Puente colgante, después del paso del tifón. Septiembre 2024

My dream Guesthouse, la bonita casa de huéspedes, al otro lado del río, en la que me he alojado las dos veces que he visitado a Mei y su familia. Un lugar precioso, rodeado de jardines, donde reina la paz. Ahora está totalmente devastada. No queda ni una cabaña en pie. Un pequeño negocio familiar que daba trabajo a algunas personas del pueblo,  ahora no les queda nada.

Mydream Guesthouse. Marzo 2024
Mydream Guesthouse. Agosto 2018

Mydream Guesthouse, después del paso del tifón. Septiembre 2024

Más de una semana sin luz, incomunicados y sin acceso a la ciudad. El gobierno y, sobre todo, la sociedad civil y las ONGs se han volcado a ayudar a esta frágil comunidad, a los habitantes de este pequeño rincón de mundo que nunca habían vivido algo igual. La prioridad ha sido llevarles comida y utensilios para cocinar. Pero ¿ahora qué? ¿que planes de reconstrucción hay por parte del gobierno? Es toda una incógnita para mi.

Lo que sí que está claro es que ahora tenemos que dar un golpe de timón, porque en estos momentos la prioridad es la lucha por la supervivencia. Nuestro proyecto queda en un segundo plano. La hoja de ruta que nos permitiría empezar a dar pasos para conseguir nuestro sueño estará un tiempo, no sabemos cuánto, esperando a que la situación se restablezca. Porque ahora hay que centrarse en buscar la manera de ayudar a que esta pequeña comunidad siga adelante y pueda retomar pronto el ritmo de su vida. Poder reconstruir las casas, los puentes que les facilitan el acceso a la escuela y a la ciudad. Y en esto estoy en estos momentos intentando averiguar cómo poder colaborar en esta tarea tan ambiciosa y necesaria.

"Esto solo es un alto en el camino, una parada que nos permitirá empezar nuestro proyecto con mayor fuerza, si cabe".

Ahora tenemos que encontrar la manera de dirigir recursos para acelerar la reconstrucción y evitar el aislamiento y, sobretodo, evitar que esta situación quede en el olvido. Porque, además, todos estos desastres no son casuales, como explica Octopoda a Otarina y Frida en uno de mis cuentos: ".....dependemos unos de otros...Este aumento de temperatura tiene muchos más efectos en el planeta: el deshielo en los polos (norte y sur), incendios, tormentas, huracanes en América, entre tsunamis en Asia e inundaciones..."

Infografia del cuento "Otarina y su mar de colores"

Si tienes alguna idea que pueda ayudar en este ambicioso objetivo te dejo mi correo electrónico y estaré encantada de leerte


📬elartedelaspequenascosas@gmail.com



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