Monsaengdao,

Mei, 6 años después

Cuando hace mucho tiempo que sueñas con un momento, cuando ese momento que has imaginado miles de veces está a punto de llegar, de repente, se asoma en tu interior algo de miedo, miedo a que te decepcione por no ser lo que has imaginado, miedo a que el momento no sea tan especial como has soñado o  que algo lo pueda estropear . Esta vez la realidad ha superado con creces mis expectativas.

Hacía mucho tiempo que tenía ganas de volver a ver a Mei, de conocer a su familia, de que Martí la conociera (la niña de la que tanto le hemos hablado) y también ella a él. Y este año decidimos que ya era el momento de viajar hasta Tailandia para el esperado encuentro.

Salimos de Barcelona el 16 de agosto por la noche, llegamos a Bangkok el 17 por la tarde y el 18 muy temprano volamos hacia Chiang Rai, la ciudad del norte de Tailandia donde vive y estudia Mei. Enseguida que llegamos al hotel ella vino a nuestro encuentro, fue muy emocionante verla después de tanto tiempo. Habían pasado 6 años desde la última vez que nos vimos, de aquella semana intensa en Monsaengdao en que aquella niña de mirada tímida e inteligente, pero sobretodo bondadosa, me robó el corazón. Recuerdo perfectamente el momento en que nos despedimos aquella tarde de agosto de 2012, sus ojos llorosos de la emoción y mi pensamiento: "Mei, no te preocupes porque te ayudaré, te ayudaré para que estudies y puedas salir adelante". En estos 6 años esta niña ha crecido y se ha convertido en toda una mujercita y sigue siendo igual de bondadosa e inteligente. Y me sigue teniendo robado el corazón.
What Rong Khun (White Temple), Chiang Rai
Al día siguiente nos levantamos pronto para ir a conocer su pueblo en las montañas y a su familia, con el objetivo de pasar algunos días por la zona, aprovechando el trayecto para hacer algo de turismo.

A algo más de una hora de camino de Chiang Rai está el puente de madera que atraviesa el río Kok que lleva hasta los poblados Lahu de las montañas del norte de Tailandia. Este primer trayecto se puede hacer en barquita por el río o en coche por la carretera que bordea el río. La intención inicial de Mei era hacerlo en barco, pero dado que el río llevaba un caudal muy considerable porque llevaba varios días sin parar de llover, decidimos hacer el trayecto en coche (un amigo de Mei nos acompañó). Por el camino fuimos haciendo paraditas para ver un monasterio budista que da de comer a todo el que se acerca, aguas termales, campos de elefantes y un sinfín de maravillas de esta tierra tan frondosa.
Templo dentro del monasterio budista


Pha Soet Hot Spring

Una vez llegado al punto en que acaba la carretera, dejamos nuestras cosas en la guesthouse donde nos quedaríamos a dormir, Mydreamguesthouse (unas pequeñas cabañitas al lado del río regentadas por Nan y su familia, un pequeño paraíso al lado del río Kok) y atravesamos el puente caminando. A algo más de 2 km después del puente, está Keangluangnok, el pueblo de Mei.
My Dream Guesthouse, Chiang Rai

Puente de madera que atraviesa el río Kok

Trayecto desde el final del puente hasta el pueblo

Entrada del pueblo

Su familia es todo amor y generosidad y nos recibió con una gran hospitalidad, con una comida exquisita, la mejor comida tailandesa que he probado. Allí estaban sus tías, su abuelo, sus primas, vecinos...para hacer aquel encuentro muy especial, un encuentro en el que no podía faltar la música y el baile en el local comunitario donde nos dirigimos después de comer, ataviadas con los coloridos trajes típicos y perseguidas por muchos niños del pueblo que tenían ganas de jugar con el niño extranjero que había aparecido en el pueblo, otro gran protagonista de la excursión que lo pasó en grande correteando y riendo con ellos.




No tengo palabras para describir lo feliz que he sido al compartir algunos días con Mei y con su familia, de conocerla un poquito más, porque entre otras cosas, los progresos que ha hecho con el inglés han permitido que tuviéramos grandes conversaciones. Momentos maravillosos que quedan en el corazón.

Me quedo con muchos momentos, pero en especial hay dos que no olvidaré, el momento en que, sentadas en el suelo de paja de su casa, la madre de Mei y yo compartimos fotos de nuestras familias. Ella sacó algunos pequeños álbumes de fotos familiares y yo también le enseñe algunas de las fotos que llevaba en el móvil. Y el otro fue el último día después de cenar, caminando juntas Mei y yo por las calles mojadas de Chiang Rai en un momento en que la lluvia había decidido dar tregua, y explicándonos cosas de nuestras familias. Momentos mágicos para retener en la mente.

Cada vez estoy más orgullosa de esta chica y de haber coincidido con ella. Como ella dijo un día: "how lucky we are"!!!

Sólo tengo palabras para agradecer a todas las personas que han hecho posible que este encuentro sea tan bonito y, sobretodo, han conseguido que me sintiera tan privilegiada, en especial:

Thank you Mei and all your family for those moments and for being like you are!!!

Gràcies Joan per compartir amb mi aquesta il.lusió i estar al meu costat per fer realitat un somni!!

Muchas gracias a todos los que, con vuestra colaboración, habéis puesto vuestro granito de arena para que esta niña pueda tener una vida muy diferente a la que le esperaba!



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