Monsaengdao,

Monsaengdao y los amigurumis: los preparativos

En mayo ya habíamos realizado la inscripción para ir en agosto a Monsaengdao, así es que ya estaba todo en marcha. Esto se combinó con el regalo de mi madre, un libro para aprender a hacer amigurumis y un pack de materiales para realizar los primeros.

Ese mismo día ya empecé con mi primer amigurumi, durante la sobremesa, mientras los demás veían la televisión o hacían la siesta, mi madre y yo nos pusimos con el primero. Qué ilusión ver acabada la bolita que sería la cabeza!
Durante la semana continué con el resto de las piezas y el siguiente fin de semana nos pusimos a coserlas (tengo que reconocer que aquí la ayuda de mi madre fue esencial).
Mi primer amigurumi


Amigurumis son unos muñequitos de crochet (ganchillo), tiene su origen en Japón, pero ahora está muy extendido, relacionado con el movimiento “Hazlo tú mismo” (DIY) que anima a mujeres y hombres a volver a la práctica de las labores y la artesanía, con lo que fomenta la creatividad.




Así es que combinando mi nueva afición con mis planes para agosto, propuse dedicar mi estancia en Monsaengdao a enseñar a las niñas a hacer amigurumis, en inglés claro está. Porque en Monsaengdao los voluntarios pueden hacer diversas cosas: actividades en la escuela (todas ellas basadas en la enseñanza del inglés e intercambio cultural), actividades en las instalaciones exteriores (trabajar en los jardines, huertos, granjas de animales….), actividades en las instalaciones interiores (asistir en el mantenimiento de los edificios, pintura, carpintería…). Yo tenía claro que, si podía, quería trabajar en la escuela.
Y una vez aceptada la propuesta por parte del equipo de Monsaengdao me puse con los preparativos:

Aquí entró en escena Susana de Barribastall www.barribastall.com que con sus consejos me dio muchas ideas sobre la metodología para enseñar crochet a niñas que nunca lo hubieran hecho antes (empezar con la cadeneta y hacer un collar, continuar con el punto bajo y hacer un brazalete y después hacer un amigurumi de un diseño sencillo). Además allí compré más de 30 ovillos de vistosos colores que con la ayuda de Lidia y Bet hicimos en ovillitos más pequeños tal como Susana me había indicado.


En la mercería cercana al mercado de Santa Caterina, Lola Botona, compré agujas e hilos de colores (para hacer pulseras también), botones y demás material de mercería necesario para la actividad.

En All you knit is love http://www. allyouknitislove.com en la calle Barra de Ferro encontré los ganchillos a buen precio.

Y poco a poco durante los meses de junio y julio fui recopilando todo el material necesario y tejiendo algunos amigurumis sencillos para llevar a Tailandia. Mi familia también puso su granito de arena (mi prima Merce me trajo tijeras, lápices, post-its…) y todas mis amigas intentaban aportar ideas para los preparativos.

Cualquier momento es bueno para ponerse a tejer Amigurumis, la piscina por ejemplo

El 16 de agosto volábamos para Tailandia con grandes ilusiones y sobretodo muchas ganas de hacer pasar algunos momentos de felicidad a unas niñas que lo tienen muy difícil!

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