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La felicidad no es lo que te pasa sino como interpretas lo que te pasa

Compré el libro de la psiquiatra Marian Rojas Estapé"Como hacer que te pasen cosas buenas", después de ver un charla sobre "El efecto de la tecnología y las redes sociales (XX Congreso CEDE)". Me gustó mucho la manera de abordar la problemática del estrés y la hiperconexión, que tan atrapados nos tienen a todos en estos tiempos, y me apetecía profundizar más. 


"Como hacer que te pasen cosas buenas" aborda la problemática del estrés desde una perspectiva  muy científica, pero lo hace de una manera llana que facilita el seguimiento para los que no somos expertos. El libro está plagado de ejemplos en los que muchas veces nos podemos ver reflejados a nosotros o a personas de nuestro entorno y que facilitan entender los conceptos y ponerte en situación. Y también incluye muchas citas y bibliografía que permite tirar del hilo de los diferentes temas que van saliendo que, como en diversas ocasiones indica la autora, podrían dar para mas de un libro.

El gran protagonista es el cortisol, la hormona del estrés, al que dedica todo un apartado y que va apareciendo en diferentes momentos. Una hormona que es necesaria, pero que en exceso nos puede jugar muy malas pasadas, tanto a nivel mental como físico.

Me quedo con los siguientes aprendizajes:

  1. Vivir el momento presente, ni lo que pasó ni lo que vendrá. Es decir, vivir instalado de forma sana en el presente, habiendo superado las heridas del pasado y  mirando con ilusión el futuro.
  2. La felicidad no es lo que nos pasa sino cómo interpretamos lo que nos pasa.
  3. La importancia de expresar las emociones, puesto que las consecuencias de no hacerlo tienen un precio muy alto para nuestra salud.
  4. La importancia de los pensamientos positivos.
  5. Hay que luchar para sacar la Mejor versión de uno mismo, potenciando nuestras fortalezas de manera que neutralicen nuestros defectos, y siempre con pasión
Y, por último, encontré puntos en común con una experiencia vital de la autora en Camboya, en un voluntariado que realizó justo después de acabar sus estudios. Yo viví una similar en las montañas del norte de Tailandia, donde colaboré un verano en un proyecto de voluntariado en la escuela Monsaengdao dirigido a niñas con riesgo de exclusión. Ella indica en su libro: "una experiencia que enriquece más a quien la da que a quien la recibe", Totalmente de acuerdo. Yo lo decía de manera similar, en concreto escribí "es de aquellos casos que piensas que vas a dar y te das cuenta de que recibes mucho más de lo que das". No hay suficientes palabras de agradecimiento a las niñas de Monsaengdao por todo lo que me enseñaron mientras estuve con ellas el verano de 2012.

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